El rescate historiográfico da frutos uniendo visiones de desarrollo ecológicamente armónico, y su relación directa con la cultura de las comunidades de Talamanca.
Escape a Kuna Yala
Escape a Kuna Yala es un libro escrito durante un viaje de escape del alma hacia la libertad del sufrimiento. Una serie de eventos inesperados es el motivo para buscar la aventura y la mano de Dios es la guía para abrazar un destino que una y otra vez me lleva a la identificación con los hermanos indígenas y con mis propias raíces latinoamericanas.
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“La brisa marina susurra el nombre y el olor penetrante a sal, a salitre, a herrumbre, a conquista y conquistadores, el exotismo y la historia lo conjugan: Kuna Yala, es como llaman sus nativos a este conglomerado de islas, islotes e islitas flotantes en el azul más azul, más celeste profundo de la cartografía caribeña de América Central. Y kunas, es como a sí mismas se llaman las majestuosas y brillantes artistas y los expertos balseros, amantes de la pesca tanto como ellas del diseño, del color y de la magia caribeña expresada en telas, rumiada y masticada, entre agujas, hilos y vistosas molas* de concepción abstraccionista, ellas y ellos, amos de su Comarca, son los míticos habitantes de esta región limítrofe con Colombia, en el bajo Caribe de Panamá.
Para mí en ese recorrido fue la primera vez que tuve que detenerme a observar, con zozobra, el conjunto de las casas con recogimiento, fue tal vez por el color en todas dominante, que no pasaba de una paleta pastel entre los tonos sepia del beige al marrón, o quizás el aroma a humedad y a envejecido, más la flotante arenisca; o es solo ese fantasmagórico sobresalto que sientes cuando la soledad te inquieta; sería por la ausencia de personas en la calle, o acaso solo sea esa ventisca que se levanta y susurra cantares, pero no pude evitar esta sensación de desierto con pueblo inhabitado que me pasaba la imagen que se abría ante mis ojos.
… al caer la tarde tomo el baño rutinario con la refrescante agua que siempre jala Fidelina, la saco del gran balde con ayuda de un totumo*y la dejo escurrirse lentamente desde el punto más alto de mi cabeza, respiro hondamente al tener el primer contacto con su energética frialdad, un leve escalofrío me estremece provocándome suspirar larga y quedamente al sentir esa suavidad y esa frescura especial que solo tiene la prístina agua pura al contacto con tu cuerpo, ahora reanimándome, reactivándome al recorrerlo tan sensualmente, mientras no puedo dejar de pensar emocionada que me dirijo a formar parte de una actividad primordial para la población de Niadup, que voy a estar presente, vivir ese momento y ser testigo de una ceremonia tan importante para mí como nunca antes ni siquiera pensé en participar. Sin dudarlo me visto con mi dule-mola* azul, pues tengo la sensación de que las mujeres desean que la use.
Afuera de este cálido recinto comienza de nuevo a llover, el viento cargado de salitre vuelve a traer múltiples aromas, reconozco el almizcle de la paja levantada, el dulce hechizo de la flor del azahar, el olor a árbol seco de la leña recién acomodada en el fuego, el de hogar con familia, el de las hojas de plátano al soasar, el de la nube de vaho de la tierra mojada que levantan las primeras gotas, el de aventura en el mar; vuelvo a permitir a estos aromas envolventes penetrar mi se y elevar mi alma, de pronto, una ráfaga insolente hace palidecer las velas con el alegre baile de su paso entre la gente y me permite descubrir la verdadera magia de la ceremonia, es mi sola presencia en este lugar, es poder estar en este recinto cautivador, que ahora se torna rojo y resplandeciente ante mi mirada, pues el encarnado encendido de los pañuelos sobre la cabeza de las señoras con dule mola* despertó mis sentidos y súbitamente todo relumbra con un destello aquí y muchos por allá, son los aretes y cadenas de oro, de las jóvenes y niñas, que brillan enmarcando sus bellísimos rostros delineados por sus elegantes pómulos, su lacio cabello negro y sus sesgados ojos de azabache tizón, espejos de la pureza que hay en su interior.”